“El curso de FORMAGRO nos enseñó a ver más allá”

por Comunicación Formagro
28 de marzo del 2018 10:10 am

Liliana Conde Valdez (25), vive en el Centro Poblado Quebrada Verde – Pachacamac. Tiene su negocio familiar de yogurt PAKA que administra junto con su hermano Aldo (18). Su hermano se encarga de la producción de leche de vaca, y Liliana, realiza la transformación del producto. 

¿Cómo te enteraste del proyecto FORMAGRO y en qué curso participaste?

En el año 2016, cuando empezamos la “temporada de Loma”[1], me animé a hacer yogurt para vender pues mi familia tiene establo y siempre tenemos leche. El yogurt me salió bien felizmente, por eso fui un día a vender a las Lomas y justo fueron los del proyecto FORMAGRO. Ahí me enteré de los cursos que ofrecían y me inscribí en el curso “Emprendiendo negocios agropecuarios”.

¿Y cómo fue esa experiencia?

Me gustó mucho. Sobre todo, los seminarios donde se compartía la experiencia de otras personas. Eso me ayudó, pues pude conocer otras experiencias más en detalle, y me di cuenta que si bien no es una tarea fácil, hay que intentarlo, hay que aprender. Me di cuenta que lo que ves en otra experiencia es parte de lo que tú estás viviendo y así aprendes a identificar mejor cuál es el camino. Este camino es muy difícil, pero hay que seguir y ser constante porque después viene el premio.

¿Qué cambió hubo luego de tu participación en el curso de FORMAGRO?

Luego del curso, sigo vendiendo mi yogurt, pero antes solo hacía para temporadas de “Lomas” y ahora vendo todas las semanas. Cada semana vendo 20 litros aproximadamente.

Otro cambio es que antes vendía en plástico, ahora vendo en vidrio para ser más cuidadosos con el medio ambiente.

Ahora también estamos con mi hermano mejor organizados, él se encarga de las vacas y las ha ordenado mejor. Antes los corrales eran un poco feos, ahora son de piedra, más rústicos. Queremos criar cabras también pues estamos pensando ampliar el negocio y hacer queso de cabra. Otra idea que tenemos ahora es aprovechar que tenemos los corrales bonitos, para hacer un circuito turístico y cobrar entrada, para que la gente entre al establo, pueda darle de comer a los animales y tengan la explicación de cómo funciona el establo. Eso se nos ocurrió porque siempre hemos escuchado que a la gente le gustaría eso.

A veces tú ves solo lo que tienes en frente y nada más. El curso de FORMAGRO nos enseñó a ver más. Cada cosa que tenemos ahora lo vemos como negocio.

Liliana Conde mostrando su Yogurt «Paka». Foto: SUCO – Viajeros Independientes

¿Y, sobre todo, ofreciendo un producto diferenciado?

Claro, nuestro yogurt, por ejemplo, no tiene nada de edulcorante, lo único que tiene es el azúcar. Pero, a veces, hay gente que me pide con menos azúcar y yo se los preparo al gusto de la persona.

¿Cuéntanos por qué tu negocio se llama “Yogurt Paka”?

Es por mi mamá, porque a ella la llaman así. Además, suena muy bien. También hemos sacado el logo de nuestro yogurt. Recibí una platita y la invertí en el logo y etiquetas, y con eso he estado vendiendo. Lo que necesito ahora es más difusión. 

¿Cuál es tu sueño?

Necesito un lugar donde vender, porque la gente del pueblo no consume mucho por el precio, quieren que le baje el precio y eso a mí ya no me conviene. Necesito también un lugar donde hacer el yogurt porque ahora lo hago en la cocina de mi mamá. Otro sueño es sacar el registro sanitario. Después quisiera hacer helado del yogurt, y poder comprarme para el otro año una máquina para hacer los helados.

¿Qué piensas de la migración de las y los jóvenes, que buscan oportunidades afuera y no se quedan en sus comunidades?

Es que a veces no hay donde estudiar. No siempre hay facilidades para desplazarse y estudiar. Y, también, están las facilidades para conseguir trabajo. En Lima debe ser más fácil conseguir trabajo y estudiar.

Desde tu experiencia, ¿qué problemas has visto que enfrentan las mujeres?

Lo que yo he visto es que la mayoría sale embarazada desde muy joven. Yo tengo 25 años y aun no tengo hijos, pero hay mucha gente de mi edad que ya tienen hijos o hijas. Además, a veces el hombre te deja sola, lo que te hace más difícil ir a estudiar.

¿Y el machismo?

Eso se ve más en las familias. Porque el hombre llega y se sienta y quiere su comida porque es el que trae la plata y la mujer lo permite, muchas veces porque no ha estudiado y no se siente empoderada. La mayoría de mujeres no trabaja, y el marido piensa que su mujer es una empleada.

En el campo vemos que los hombres siembran y las mujeres cosechan, por ejemplo.

Yo soy veterinaria y mi papá siempre me decía que las vacas no son para mí, porque para criar vacas se necesita más fuerza. A mi hermano, en cambio, sí lo lleva para que vea a las vacas, porque es hombre. 

¿Y tú que le respondías a tu papá cuando te decía eso?

Que lo importante es la habilidad, no la fuerza.

¿Qué mensaje le quisieras dar a otras mujeres que como tú viven un poco alejadas de la ciudad y no ven oportunidades en el campo?

A ellas les digo que tienen que abrir bien los ojos y buscar las oportunidades porque siempre hay algo. Por ejemplo, antes Aldo y yo no veíamos nada en el establo, mi papá era el que se encargaba, pero después ya nos pusimos a ver oportunidades. La leche, por ejemplo, se puede transformar no solo venderla de frente, y así ganamos más. Siempre hay algo más para ver. Si tienen una chacra, eso es valor. A veces uno se va por lo más fácil y eso no está bien.

¿Algo más que quisieras agregar?

Hay que ponerle ganas. Yo siempre he pensado diferente. Hay que pensar en el estudio, hay una edad para todo. Primero es estudiar, tener un trabajo, mejorar tus ingresos y después viene lo demás. Y a las mujeres que tienen a sus hijos pues les diría que tengan fuerzas para seguir, porque tener hijos tampoco es una traba, solo va a costar un poquito más, pero hay que continuar trabajando.

[1] La temporada de Loma se relaciona a la época de invierno donde la neblina hace que las zonas de los cerros (como la Quebrada Verde de Pachacamac) tengo una flora muy diversa y verde lo que atrae a muchos turistas.