Jesús Bautista Javier: Un ejemplo de perseverancia

Jesús Javier Bautista tiene 27 años y fue uno de los primeros egresados de los cursos de extensión de FORMAGRO en la región Áncash. A pesar de las muchas dificultades que enfrentó durante su vida, nunca se rindió, y hoy es un vivo ejemplo de trabajo y perseverancia.

Jesús fue el menor de 6 hermanos en una familia de agricultores ancashinos. Como todos los miembros de su familia, dejó de estudiar al terminar la primaria, para apoyar a su papá con el cultivo de las tierras de los vecinos y otros productos. “Nosotros solo contábamos con 1 hectárea de terreno en la comunidad, que se fue repartiendo entre mis hermanos conforme se casaban” describe.

Poco a poco, el trabajo rindió frutos. Juntaron dinero suficiente para adquirir 2 hectáreas, donde sembraron árboles y plantas frutales, principalmente duraznos, para el cultivo familiar. Pero Jesús no estaba satisfecho: él quería seguir estudiando.

En contra de las opiniones de su familia y amigos, decidió completar la secundaria en el CEBA San Efraín de Huaraz. Cuando terminó, fueron sus profesores quienes lo animaron a seguir una carrera técnica, y así se inscribió en el Técnico Agropecuario Daniel Villar. “Ya me encuentro en el quinto ciclo y siempre estoy buscando aprender más.” comenta complacido el joven productor.

Fue en el mismo IESTP dónde supo del Módulo de Producción de Cuyes, uno de los cursos de extensión que acababa de ser implementado por FORMAGRO. Desde el inicio, Jesús destacó entre las y los alumnos por su contribución y participación activa en el desarrollo del módulo. “El módulo me gustó mucho y me inspiró a construir mi galpón de cuyes, aunque en casa ya los criábamos y vendíamos desde hace unos 5 años.”

Hoy, Jesús cuenta con un verdadero galpón comercial preparado para albergar a 500 cuyes; además de cerca de 80 gallinas camperas, y quiere continuar expandiendo su negocio, pero siempre de forma sostenible. “Quisiera dar trabajo a más personas y generar oportunidades para otros en el sector agropecuario, para ello, aún tengo que producir más. Aún no se si serán cuyes, gallinas, frutales, hortalizas u otros, pero sé que debe ser de forma orgánica.” comenta Jesús.

El productor ancashino se siente muy orgulloso de lo que ha logrado. Agradece, sobre todo, el apoyo constante de su familia; y se siente muy comprometido con continuar apoyando la economía y el desarrollo local de su comunidad. “Yo no veo la necesidad de migrar, aquí he construido lo que necesito, y aún tengo mucho que desarrollar”.