¿Qué obstáculos enfrenta la mujer rural en el sector agropecuario?

por Silvia Montesinos
15 de agosto del 2018 5:37 pm

La mujer alto-andina encuentra, en general, muchos problemas para acceder a educación de calidad. La brecha respecto a las mujeres y los hombres es bastante significativa: en entornos rurales, la tasa de analfabetismo en mujeres alcanza el 25 %, mientras que en los hombres es solo 9 % (INEI, 2014). Esta diferencia se manifiesta en todos los ámbitos y reduce la presencia de la mujer en la toma de decisiones del hogar, en el desarrollo de la comunidad y en la participación política.

El año 2016, el Programa de Formación Agraria y de Apoyo al Emprendimiento Juvenil en el Perú FORMAGRO realizó el estudio “Análisis comparativo entre los sexos” e identificó los obstáculos que enfrentan las mujeres del ámbito de intervención del proyecto para acceder a una formación que les permita realizar emprendimientos de producción agropecuaria y desarrollarse económicamente:

  • La falta de una oferta educativa: La oferta de formación y acompañamiento técnico adaptada a la realidad de las mujeres del mundo rural es muy escasa.
  • La ausencia de oferta adecuada para las mujeres: No existe una perspectiva de género en la formulación de la educación técnica.
  • Las labores: Las mujeres campesinas están sobrecargadas de trabajo, tanto en el ámbito familiar como en su comunidad. No les queda tiempo para ellas.
  • Los comportamientos machistas: Esposos y conviviente muestran mucho machismo y celos, y piensan que la mujer pierde el tiempo estudiando. Buscan, además, mantener a la mujer en el ámbito del hogar, ocasionando una dependencia económica
  • La distancia: Los centros de formación están muy lejos de los hogares, lo cual es un obstáculo determinante.
  • El acceso a propiedad privada: Los hombres poseen el 74 % de las parcelas agrícolas. Las mujeres tienen menor acceso a la propiedad, al crédito y a los recursos. Además, no cuentan con protección en caso de divorcio o separación.
  • El acceso al crédito: Las mujeres no solo no gozan de garantías, sino que en muchos casos ni siquiera cuentan con un documento de identidad.
  • La división del trabajo: Las mujeres, al estar estrechamente ligadas a las tareas del hogar, se ven obligadas a realizar sus labores cerca de su domicilio, mientras que los hombres tienen más facilidad para trabajar en el exterior.
  • Los cambios climáticos: Dado que las mujeres rurales están a cargo de la seguridad alimentaria de sus familias, son muy afectadas por las pérdidas de cosechas ocasionadas por sequías, plagas e inundaciones.

  • La violencia: La violencia contra las mujeres es un problema social sin distinción económica, racial o cultural. En el Perú, 7 de cada 10 mujeres sufren de violencia. Esto perjudica la autoconfianza, la participación y la incorporación de las mujeres al desarrollo económico.
  • La baja autoestima: La mujer rural debe sobreponerse a muchas carencias, lo cuál genera baja autoestima y falta de confianza. Esto tiene un impacto directo en la tasa de fracasos de emprendimientos realizados por mujeres
  • La falta de recursos: la pobreza afecta en gran medida a la mujer alto-andina, con lo que no cuenta con recursos económicos para matricularse en un centro de formación superior.
  • La discriminación y la falta de presencia del Estado: las mujeres andinas no solo sufren en general de discriminación y marginalización, sino que no existen esfuerzos de parte del estado para mejorar la situación legal de la mujer y asignar recursos para resolver esta problemática.
  • La migración de los hombres: muchas veces, los hombres rurales migran buscando mejores oportunidades, para generar mayores ingresos para sus familias. Esto genera que las mujeres se queden a cargo solas.
  • El quechua como lengua materna: La población quechua hablante es principalmente femenina, lo cual significa que las mujeres suelen tener dificultades con el español. Esto perjudica la continuidad de su educación formal, además de impedirles relacionarse con entidades públicas.

A través de su labor en Lima y Áncash, el proyecto FORMAGRO busca, progresivamente, reducir estos obstáculos y consolidar el rol de la mujer en el ande como productora y tomadora de decisiones.

 

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