Lima: La resiliencia como capacidad para superar la adversidad

Par Comunicación Formagro
1 juin 2017 12:44

Familia afectada por los huaicos, distrito de Callahuanca, provincia de Huarochirí.

Una mirada local sobre la experiencia de Callahuanca, provincia de Huarochirí – Duvert Ventocilla Cavello

A nivel nacional y en provincias como Huarochirí y Yauyos en la Región Lima, hemos sido testigos los últimos meses de la capacidad que tiene la naturaleza para alterar, de un momento a otro, proyectos de vida a nivel familiar y comunitario. Se estima que los costos para recuperar la capacidad del País a un estado anterior a las lluvias del presente año superarán los 3,000 millones de dólares, dinero que bien pudo contribuir a políticas de desarrollo, pero tendrá que ser invertido en programas de recuperación y reconstrucción.

Es en este contexto que debemos detenernos y reflexionar sobre la vulnerabilidad del país, sus causas y la importancia de realizar una gestión del riesgo como parte de la política pública. Con este propósito, el último 3 de mayo en la región Lima el IDMA organizo el Foro “Gestión de riesgo y reconstrucción productiva en escenarios de cambio climático”.

El evento se llevó a cabo en el auditorio de la Municipalidad distrital de Lunahuana y contó con la presencia de actores sociales y autoridades públicas directamente vinculados con los sucesos de los primeros meses del año. Organizaciones como PREDES, una institución especializada en la gestión del riesgo, la Agencia Agraria de Cañete, La Municipalidad de Lunahuana, La Municipalidad de Santa Eulalia y la Comunidad Campesina de Callahuanca, también estuvieron presentes, facilitando la reflexión y el análisis sobre la necesidad de gestionar el riesgo.

Foro “Gestión de riesgo y reconstrucción productiva en escenarios de cambio climático”. 3 de mayo del 2017, Lunahuaná, Cañete, Lima.

En principio es importante, conforme se concluyó en el evento[1] que “no todo fenómeno natural produce desastres… y que debe entenderse que los desastres son daños y pérdidas que sufre una comunidad, ciudad, región o país como consecuencia de fenómenos y/o procesos naturales o sociales que impactan sobre condiciones vulnerables”. (Juvenal Silva – PREDES)

En tal sentido, es importante identificar las condiciones de vulnerabilidad en las que nos encontramos, tomar las medidas para gestionar la condición de riesgo que genera la vulnerabilidad y con ello evitar la presencia de desastres. Estas reflexiones son básicas para comprender que en la naturaleza también aplica el concepto de resiliencia ecológica[2]. Por ejemplo, un cauce de río al que se le va quitando espacio por diversas acciones principalmente de origen antrópico, en algún momento va demandar su espacio a efectos de restablecer su equilibrio natural.

El impacto del fenómeno y la respuesta de la población

Comunidades como San Pedro de Casta y Callahuanca en la Provincia de Huarochirí fueron quizás las poblaciones más afectas en la sierra de Lima por los últimos acontecimientos. Las 38 y 180 familias[3] afectadas en el primer y segundo caso respectivamente, vienen recuperándose de las pérdidas económicas que afectan directamente su capacidad de desarrollo.


“… el jueves 16 de marzo, tres meses que venía lloviendo, entonces los huaicos por sí solos ya se veían venir, entonces ese día quien habla estuvo en Barba Blanca, el anexo de Callahuanca que prácticamente ha sido borrado del mapa en un 95% [las casas]… en Callahuanca hubieron también cantidad de huaicos, luego en Chauca, igualmente todas las quebradas se activaron… en total han sido afectadas de 40 hectáreas de Chirimoya… igualmente al día siguiente de esto hubo una respuesta inmediata de nuestra comunidad campesina Callahuanca, conjuntamente con los comuneros, ganaderos y población en general para apoyar al anexo de Barba Blanca con lo poco que se pudo recaudar en víveres y ayudar a limpiar parte de lo que estaba [cubierto] por el barro… Además, la iniciativa de todas las autoridades en conjunto, llámese el Sr. Alcalde, presidente, sub prefecto y también el juez de paz, inmediatamente con toda la población, la reacción fue transportar las cosas a un sitio tranquilo donde se llevó a todos los damnificados…” [4]


El relato anterior, brindado por el productor Emilio Cuellar, da cuenta del impacto de los huaicos, de la capacidad de respuesta por parte de la población y de la importancia que tiene en esos momentos la presencia y liderazgo de las organizaciones e instituciones locales. Ello bien podría señalarse como una capacidad de resiliencia comunitaria[5], para recomponerse colectivamente para transformar la situación adversa.

Las acciones de respuesta

Actualmente, en el distrito se llevan a cabo jornadas de trabajo comunitario (faenas comunales) para rehabilitar, principalmente, los canales de riego y las cabeceras de agua para las parcelas familiares. Callahuanca, zona productora de chirimoya y palta, está recomponiéndose y aplica a nivel colectivo e individual esta capacidad de ser resiliente a los desastres.

El IDMA, a nivel institucional y en el ámbito de intervención del Proyecto FORMAGRO, convocó a una campaña de movilización social en Lima, la misma que tuvo buena respuesta y ha permitido canalizar ayuda no sólo a las poblaciones como Barba Blanca en Callahuanca sino también a varios distritos de la zona, gracias a la colaboración por parte de varias instituciones y personas individuales.

Por su parte, SUCO realizó una campaña de recolección de fondos a través de las redes sociales en Montreal, que han sido destinados a la refacción de las captaciones de agua y sistemas de riego de dos localidades en los distritos de San Pedro de Casta y Callahuanca.

 

Cuadro 1: Acciones de apoyo realizadas a nivel de IDMA en el ámbito del proyecto FORMAGRO

 

Cuadro 2: Detalle de equipos e insumos entregados por SUCO

 


[1] Foro “Gestión de riesgo y reconstrucción productiva en escenarios de cambio climático”. IDMA 3 de mayo del 2017. Lunahuana – Cañete.

[2] Comprendida esta como la capacidad que posee un ecosistema para recuperar su estado inicial ante una eventual modificación de su espacio.

[3] 38 familias, en el anexo de Cumpe. IDMA, equipo zonal Huarochirí – Proyecto FORMAGO, marzo 2017.

[4] Testimonio de Emilio Cuellar Salinas Vicepresidente de la Asociación de Productores Agropecuarios Santa Rosa de Callahuanca.

[5] Entendiendo está como una capacidad que posee un grupo humano o una población en particular para recomponerse ante una adversidad o un desastre.

 

 

 

“es importante identificar las condiciones de vulnerabilidad en las que nos encontramos, tomar las medidas para gestionar la condición de riesgo que genera la vulnerabilidad y con ello evitar la presencia de desastres.”