La experiencia de Daysi Yactayo de Valle escondido de Lunahuaná

Daysi Yactayo Chalco es la mayor de 6 hermanos y lidera la empresa familiar Valle Escondido – Huerto Agroecológico, ubicada en Lunahuaná, a 3 horas y media de Lima, en la carretera Cañete Yauyos. Su padre se dedicaba a la agricultura y su madre preparaba, artesanalmente, mermeladas de frutas locales que vendía empacadas en envases de plástico. Al terminar la secundaria migró a la capital, donde trabajaba dos turnos a la par que estudiaba. Encontró trabajo en un restaurante donde aprendió a deshuesar cuyes y preparar las carnes, “un restaurante que era como una escuela para mí” Señaló.

Daysi visitaba Lunahuaná los fines de semana. Al ver que sus hermanos trabajaban largas horas en los restaurantes y labrando la tierra ganando poco dinero, decidió incursionar en la venta de comida a los turistas: “Vestimos a mis hermanos con sus camisas blancas; y mi mamá, mi hermano y yo nos dedicamos a la cocina. Empezamos un 28 de julio y vendimos los 20 cuyes que matamos, fue un momento muy emocionante. A pesar de estar a dos cuadras, los turistas subían, miraban nuestro emprendimiento, visitaban los galpones de cuyes, gallinas y conejos y les gustaba la forma como vivíamos. Fue una buena iniciativa para empezar un emprendimiento, pero solo podíamos realizarlo los 3 a 4 meses al año que había turistas” narró.

Representantes de Valle Escondido, ganadores de la III Edición del Fondo Wiñay

Hace 3 años participaron en los módulos del proyecto FORMAGRO y su empeño les permitió ganar el Fondo Wiñay “En el camino fuimos ganadores de 10 mil soles del Fondo Wiñay, que fue el camino abierto para nosotros: Teníamos las herramientas y la materia prima, que nos da esta tierra hermosa de Lunahuaná, sólo nos faltaba ese empuje. Hoy en día tenemos vinagre de manzana, néctar y envasamos nuestra propia miel de abeja, porque nosotros cuidamos el ecosistema, no fumigamos con productos químicos. Tenemos un empaque de primera y contamos con registro sanitario. Fue duro, invertimos todo nuestro tiempo, nuestras horas sin dormir.”

Daysi reflexionó sobre el futuro “Soy madre de tres hijos y, con mucho orgullo, mis hijos se están uniendo a la empresa. Quiero que los jóvenes tengamos oportunidades, que mis hijos no tengan que migrar a la capital. Hoy he vuelto a Lunahuaná a quedarme, a seguir emprendiendo.”

Hizo un llamado a las autoridades “Muchos jóvenes queremos hacer empresa, pero queremos que nos apoyen, no pedimos que nos regalen. En todas las provincias tenemos recursos. Estoy sentada bajo un árbol y ese árbol está botando pepitas, una pimienta rosa, yo las puedo procesar, las puedo secar, pero necesito una máquina deshidratadora para hacer empresa. Todo se puede, pero necesitamos apoyo.”

Deysi comparte su testimonio en la ceremonia de premiación del IV Fondo Wiñay en enero 2020

Mencionó las medidas que tomaron como respuesta a la pandemia: “El Covid-19 es una oportunidad, porque de cada problema rescato una oportunidad. Carecemos de logística, carecemos de transporte, carecemos de máquinas de frío. Es así que abrimos una nueva línea, que es la de yogur. Su empaque tiene una etiqueta, es un cartoncito y tiene una soguita. Yo orgullosamente uso lo que tengo en casa, cuido el ecosistema, pero también, en determinado momento, voy a necesitar una etiqueta.”

Finalizó su intervención con un mensaje a la juventud “A todos los jóvenes que están mirando les digo “No se rindan” y no abandonen sus hogares. Finalmente, nada de esto se puede lograr si no hay unión familiar, amor y cariño.”