Muruanti, La dulzura de Caraz

Araceli Natividad Moreno tiene 17 años, vive en Caraz y dedica gran parte de su tiempo al emprendimiento familiar Muruanti, “granos andinos” en quechua, el cual produce derivados de kiwicha, quinua y, desde hace 3 años, harinas de 7 semillas.

 “Los papás de mis abuelos vendían la kiwicha cruda. Después, mis abuelos empezaron a tostarla, a hacerlo pop, en las ollitas de barro, para su consumo y para vender a la gente y, de esa manera, llevar dinero al hogar… Mis padres empezaron hace 10 años con sartenes de aluminio y con los ingresos fueron incrementando maquinaria y hoy en día venimos trabajando con maquinarias especializadas para la kiwicha pop, las harinas, las barras energéticas y las hojuelas laminadas de quinua y kiwicha.” 

Entre mayo y julio de 2019 participó en el módulo “Gestión de Negocios Rurales” dictado por FORMAGRO en alianza con el Instituto Superior Tecnológico Daniel Villar de Caraz.

Yo recién estaba saliendo del colegio y unos amigos me comentaron de los módulos. Como yo elegí la carrera de administración, escogí el módulo de gestión de negocios rurales y dije – bueno, para adaptarme más voy a ir para aprender y traer más conocimientos-.”

La dinámica del curso, la forma de enseñanza y los nuevos conocimientos la emocionaron. Determinar los costos de producción y las técnicas de marketing fueron los temas que más le impactaron. Además, saber cómo determinar el precio de venta y cómo promocionar sus productos hicieron que Araceli viera el potencial de su emprendimiento y con él, el de su localidad.

Cuando concluyó el módulo, se animó a postular al Fondo Wiñay, ganando la cuarta edición realizada en diciembre de 2019 con su plan de negocios de transformación de granos andinos. Ganar el fondo, además de ser una gran felicidad para su familia, les permitió seguir creciendo implementando un molino para su harina de siete semillas.

Pese a la pandemia, la cual llegó a las pocas semanas de implementar su molino,  Muruanti consiguió salir adelante, implementando nuevos protocolos en la planta, desde la desinfección de la materia prima, la desinfección de sus áreas y también tomando las medidas adecuadas durante la venta. Gracias a la perseverancia de Araceli los pedidos existían.

“Poco a poco encontramos transportistas y también, como en la ciudad de Caraz había las Ferias Huaylinas, también vendimos en ellas. Después conseguimos el contacto del transporte y pudimos enviar a Chimbote, Trujillo, Lima y ahora también a Huaraz.”

Hoy Muruanti es uno de los muchos emprendimientos respaldados por FORMAGRO que continuan su travesía y crecimiento.

“Estoy enfocada en dos cosas ahora: los estudios y que el emprendimiento siga, que no se quede estancado ahí nomás, que avance y mejore en infraestructura, en nuevas maquinarias y llegue a nuevos mercados…”