“Ser mujer no nos limita, no nos impide estar en el campo agropecuario»

por Comunicación Formagro
21 de mayo del 2019 4:30 pm

Para Yrsa Almeida, docente del IESTP Chacas, en Áncash, el sector está cambiando a pasos agigantados, y las mujeres son importantes agentes de este cambio.

Yrsa Almeida (vestida de buzo y gorro) es responsable de los proyectos de investigación del instituto Chacas.

Cuando Yrsa Almeida decidió estudiar zootecnia en la Universidad Agraria de la Selva no imaginó dedicarse a la docencia.

Se graduó en 2010 y comenzó a trabajar en Huacaybamba (Huánuco), especializándose en la cadena productiva de cuyes. Gracias a un amigo, tuvo pronto la oportunidad de enseñar. En 2013, por un periodo breve, se mudó a Ancash a tomar una plaza en el Instituto Tecnológico de San Nicolás en la provincia Carlos Fermín Fitzcarrald.

Poco después, ingresó a una empresa privada, y durante dos años, se dedicó a la crianza de gallinas reproductoras.

Como muchas mujeres, tuvo que dejar el trabajo al convertirse en madre por primera vez. Al pasar un año, ya moría de ganas de volver a trabajar y en el 2017 entró como docente en el Instituto Tecnológico de Chacas.

Poco a poco, empezó a enamorarse de la enseñanza. “No empecé queriendo ser docente, pero ya en el camino te da esa pasión de enseñar, de dar esos conocimientos; y que los demás puedan llevarlos al campo”, cuenta la maestra, quien ya cumplió 2 años en el tecnológico.

Es difícil ser mujer en la parte agropecuaria porque es un círculo cerrado, nos han señalado como débiles. Pero no es el caso. las mujeres podemos conducir muy bien centros productivos, incluso lo podemos hacer de forma más ordenada y planificada.

El camino para las mujeres en el sector agrícola no es fácil. Existen muchas brechas, basadas en el machismo y la falta de oportunidades. “Es difícil ser mujer en la parte agropecuaria porque es un círculo cerrado, nos han señalado como débiles. Pero no es el caso. Las mujeres también podemos conducir muy bien centros productivos, incluso lo podemos hacer de forma más ordenada y planificada”, explica Yrsa.

Yrsa observa que las cosas están cambiando y el porcentaje de mujeres en la carrera agropecuaria es cada vez mayor. En Chacas, donde actualmente hay 20 estudiantes en esta carrera, el 60 % son mujeres. “Estamos revirtiendo lo que antes se pensaba: que sólo el varón debía estar en la chacra. Que tenía la mayor fuerza. No depende sólo de la fuerza, sino también de la inteligencia” señala Yrsa.

Como docente, su objetivo es generar impactos positivos en sus alumnas y alumnos, que luego tengan influencia en las comunidades y generen acciones sostenibles que contribuyan al cuidado del medio ambiente.

Yrsa muestra el vivero del instituto Chacas.

Enseña con el ejemplo: En el instituto, ha construido un pequeño vivero aprovechando el material sobrante de otras construcciones.

Es consciente que una de las principales necesidades del sector es despertar la capacidad de investigar en docentes y alumnos. “Hay insumos y materiales de la zona que pueden volverse más productivos, con mucho menor costo.” El encuentro con el proyecto le permitió conocer nuevos aliados y oportunidades para realizar esta labor “Estábamos en un círculo bien cerrado, pero gracias a FORMAGRO hemos podido conocer instituciones y eventos como el Concytec, Superatec, Procalidad… antes no sabíamos.”

Planea continuar investigando en su línea preferida: la alimentación, en particular, cómo bajar costos y optimizar la producción. Se encuentra orgullosa de ser una mujer en el sector. “Ser mujer no nos limita, no nos impide estar en el campo agropecuario. Las mujeres, cuando nos lo proponemos, podemos lograr todos los objetivos: como profesional, como mamá, como esposa, como hermana; y como parte de la sociedad.”

 

Puedes leer esta nota en el Boletín FORMAGRO # 7