Ciro Julca Venturo, pionero en la producción de fresas agroecológicas en la sierra

Ciro Julca tiene 29 años y es un joven emprendedor rural que, junto a su cooperativa JUVEDEC, reinventa la agricultura en la sierra al producir fresas orgánicas a más de 3000 metros de altura, adaptándose a los cambios del clima y buscando mejorar la calidad de vida de las familias del centro poblado Santiago de Cardón, distrito de San Luis, de la provincia Carlos Fermín Fitzcarrald en Áncash.

Antes de la llegada de la carretera, en el año 2000, en Cardón no había actividad comercial y no se conocía el aceite o las frutas. Se vivía en una situación de pobreza, consumiendo los productos que se sembraba como la papa, el maíz, el trigo, la cebada y el olluco.

Solo se estudiaba la educación primaria y en idioma quechua, por lo que, para estudiar la secundaria, Ciro debió ir al pueblo de San Luis y trabajar desde muy joven ya que su madre no tenía los recursos para educarlo. “Cuando fui a la secundaria me discriminaron por ir en yanquis (sandalias andinas) y por no saber hablar español, me sentía mal al principio, pero luego aprendí a aceptarme tal y como soy.”

Al terminar la secundaria en el 2008, le preocupaba cómo generar ingresos sin tener una profesión. Al percatarse que siempre sembraban lo mismo y que nadie había intentado producir para el mercado de San Luis, pensó que sería una gran oportunidad hacerlo. Se mantuvo firme con esa idea

“No era común ver fresas en la zona, los consumidores nos decían en quechua: que lindas fresas, ¿de dónde son?, por eso pusimos a nuestro negocio el nombre Allish fresa, que significa lindas fresas.”

Mientras trabajaba en el campo para el autoconsumo de su familia, observó que estaban sembrando fresas en los invernaderos familiares implementados por el Estado y pensó que también podría sembrarlas en campo abierto.

Las fresas de altura

Fue así que en 2017 empezó a buscar personas decididas a emprender y trabajar juntos. Viajó a la ciudad de Lima para conseguir las semillas de fresas y cultivarlas junto a las 15 socias y socios que confiaron en su proyecto de producir fresas de gran calidad.

“No era común ver fresas en la zona, los consumidores nos decían en quechua: que lindas fresas, ¿de dónde son?, por eso pusimos a nuestro negocio el nombre Allish fresa, que significa lindas fresas.”

En el 2018, llegó FORMAGRO al caserío, con profesionales que conocían del campo y hablaban el idioma quechua. Ofrecieron capacitaciones para mejorar la producción agroecológica e implementar técnicas para conseguir mejores ventas, pero aún debían resolver un gran problema: la escasez de agua para el riego.

La fuente más cercana de agua se encontraba a 2 kilómetros de distancia y no contaba con un canal de riego, por lo que si querían seguir produciendo las fresas, era necesario un tanque para almacenar el agua.

Con este proyecto en mente, Ciro viajó en el 2019 a la ciudad de Lima junto a su esposa Elsa, su pequeño hijo y su amigo Eduardo, para sustentar su plan de negocio “Allish Fresa” al Fondo Wiñay de FORMAGRO. Era la primera vez que participaban en un concurso y la primera vez que sentía la gran felicidad por haber ganado un premio.

Con el dinero del Fondo pudieron adquirir los equipos necesarios para implementar el riego tecnificado y también los materiales para mejorar la presentación de sus fresas.

Hoy en día, la iniciativa de Ciro ha reunido a 30 socias y socios que forman parte de JUVEDEC, la primera Cooperativa Agraria en el callejón de Conchucos en Áncash, cuya visión es ser pioneros en la producción de fresa agroecológica en la provincia.

Juntos han logrado desarrollar un negocio que abastece los mercados locales con productos saludables, mejorando así la economía de las familias de Cardón y dando la confianza a quienes ven en el campo el futuro de sus hijos.

 “No es necesario tener una profesión o salir de casa para migrar a otras ciudades, aquí en nuestros campos tenemos los recursos que podemos aprovechar. Hay que buscar ese emprendimiento que en algún momento nos va dar la razón por haber valorado lo nuestro”.

 “No es necesario tener una profesión o salir de casa para migrar a otras ciudades, aquí en nuestros campos tenemos los recursos que podemos aprovechar. Hay que buscar ese emprendimiento que en algún momento nos va dar la razón por haber valorado lo nuestro”