Estrategias de adaptación y resiliencia del agricultor andino frente al cambio climático

por Comunicación Formagro
1 de junio del 2017 10:19 am

Pequeño productor de Yauyos. Foto Carlos Ly

La región andina, altamente vulnerable al cambio climático, concentra el 62.89% de las 2.2 millones de Unidades Agropecuarias (UA) del Perú[1]. En este contexto, el Estado propone al manejo sostenible de sus recursos naturales como una de sus políticas frente al cambio climático[2].

Sarah-Lan Mathez es investigadora del Centro Internacional de Investigación Agroforestal (ICRAF) y del Centro para el Desarrollo y Medioambiente (CDE) de la Universidad de Berna en Suiza[3]. Con el ICRAF estudia las prácticas de la población productora andina para adaptarse a su entorno usando los árboles en los paisajes agrícolas.

Nos habló del manejo que hacen de sus recursos para adaptarse a este fenómeno y la importancia de que participen en el diseño de las políticas públicas de respuesta ante este fenómeno.

¿Considera que las productoras y productores andinos tienen los elementos necesarios para enfrentar los actuales eventos de cambio climático? ¿pueden adaptarse?

Lo que es interesante en los Andes es que es un contexto donde siempre ha habido muchos desafíos climáticos. Los pequeños agricultores y agricultoras, desde varios siglos de una larga historia de interacción con su medio ambiente, han tenido que aprender a manejar esta incertidumbre y esa variabilidad climática para poder cultivar en esas condiciones extremas y a diferentes alturas. Y eso resultó en sistemas de conocimientos bastante complejos, sobre la base de la observación y la experiencia.

En los andes se manejan sistemas de conocimientos bastante complejos, sobre la base de la observación y la experiencia. Foto: Carlos Ly.

En mi caso estaba mirando específicamente los árboles, que son interesantes porque pueden cumplir funciones a varios niveles para apoyar en la adaptación. Por un lado, los árboles y arbustos pueden tener un rol de amortiguamiento de los choques climáticos a nivel local o de las parcelas, mediante la regulación micro climática, la regulación del agua, etc.

Los árboles y arbustos también pueden tener otros tipos de beneficios ecológicos que directamente van a favorecer la actividad de producción agrícola, en lo que es el incremento de fertilidad de suelos, el control de erosión, la conservación del agua, etc. y eso indirectamente va a fortalecer el sistema de medios de vida, la resiliencia, la capacidad que tienen las pequeñas agricultoras y los pequeños agricultores de hacer frente a retos climáticos y otros.

Por otro lado, algunos árboles o arbustos pueden proveer directamente de productos que son importantes para ellos, que pueden ser fruta, medicina, alimento para animales, leña, o incluso madera: alguno de sus productos simplemente para la subsistencia y otros que incluso pueden tener un valor comercial

Esta riqueza de conocimientos locales para adaptarse al cambio climático ¿se están transmitiendo a las nuevas generaciones? ¿cómo es que se trasmiten?

De lo que hemos visto, pienso que muchas veces hay un discurso que teme que se están perdiendo los conocimientos, que no pasan de una generación a otra; especialmente en el contexto de cambios de estilos de vida, de urbanización, de migración, etc.; pero lo que yo observé también en otros estudios (…) es que sí, realmente hay una transmisión de conocimientos hacia las jóvenes generaciones.

Es muy importante desarrollar políticas que permitan un enfoque muy participativo y un diálogo con los actores locales

Entonces claro, a veces se puede perder alguna práctica o algún conocimiento específico, pero por otro lado también se enriquecen esos cuerpos de conocimiento con innovaciones, con nuevas fuentes de información que pueden venir de la educación formal, de proyectos, de intercambios, y que fortalecen toda esa base de conocimiento tradicional que existía. Y ¿cómo se transmiten? Se transmiten a través de la observación, del trabajo conjunto, las actividades entre menores y mayores y de la imitación, de la vida en la comunidad.

¿Cómo podemos partir de estos conocimientos particulares para proponer políticas nacionales? ¿Cómo hacer para recoger la diversidad local, pero poder generalizarla?

Es realmente un reto en todas partes; pero en especial en contextos de montaña, donde hay una muy gran heterogeneidad, incluso en un pequeño territorio puede haber una variación muy grande de pisos ecológicos, de zonas de vida, de sistemas de producción, etc. No se puede aplicar una sola receta para todos los contextos, es imposible.

Pienso que, a nivel de políticas, primero es importante entender los grandes procesos que están afectando a los Andes y a los sistemas de producción, etc. pero también es muy importante desarrollar políticas que permitan un enfoque muy participativo y un dialogo con los actores locales. Porque los que mejor conocen su entorno – cómo está cambiando y los retos que enfrentan- y que pueden también contribuir conjuntamente con ayuda externa a encontrar soluciones, son los mismos productores y productoras. Entonces yo pienso que ese diálogo es fundamental y en realidad las políticas deberían ir hacia ese sentido, a un diseño colectivo con los pequeños agricultores y agricultoras de medidas específicas a nivel de distritos, adaptadas a diferentes pisos, etc. Sé que no es fácil de aplicar, pero la realidad lo requiere, es compleja, y no hay una receta que se pueda aplicar para todos los contextos.

Primero es importante entender los grandes procesos que están afectando a los Andes y a los sistemas de producción Foto: Carlos Ly

[1] Censo Agrario, 2012

[2] Es el quinto Lineamiento de Acción de la Estrategia Nacional de Agricultura Familiar 2015 – 2021, que busca adoptar medidas de gestión de riesgos frente a desastres y eventos climáticos extremos que involucren activamente a los agricultores y agricultoras familiares en la implementación de los mecanismos de gestión ambiental de alcance territorial. (http://bit.ly/2qwPndi)

[3] Sarah-Lan Mathez es una de los expositores del I Foro Regional de Agricultura y Ganadería Familiar Andina – Ancash 2017, organizado por Formagro en Huaraz los días 23 y 24 de mayo 2017.