“Dorados”: el verdadero sabor del pan artesanal

Ronal Avila (32 años) y Olga Llanca (23 años) son una joven pareja que en base a esfuerzo y perseverancia vienen emprendiendo un negocio juntos. Ambos son naturales de la comunidad de Huandoy, distrito de Caraz, de la provincia de Huaylas en Áncash.

Antes de participar en el proyecto FORMAGRO, Olga y Ronal trabajaban en Lima. Sin embargo, ahí tenían muchas limitaciones económicas, por lo que decidieron regresar a sus tierras, decididos a mejorar la agricultura familiar.

Ello los llevó a inscribirse en el módulo “Producción de hortalizas orgánicas”; gracias al cuál su vida dio un giro de 180º. Con la formación recibida, tuvieron la idea de darle un valor agregado a las hortalizas orgánicas, convirtiéndolas en insumos para panadería y tener un así un negocio innovador.

Ambos han logrado ir haciendo crecer el negocio a base de trabajo duro. Al principio, Ronal trabajaba en panaderías de familiares y Olga en un colegio; y ambos producían sus hortalizas orgánicas en un pequeño huerto en la cual recibieron asesoría técnica e implementación. Con el tiempo adquirieron un terreno propio en Yungay, construyendo una infraestructura y un horno artesanal; empezando a comprar poco a poco los materiales y herramientas para implementar su propia panadería.

Durante el año 2018, Olga y Ronal participaron en las ferias y eventos organizados por el proyecto FORMAGRO en Áncash, llevando productos naturales y de buena calidad al mercado, generando una reacción muy positiva y recibiendo pronto muchos pedidos del público.

Fue en enero del 2019 que la pareja ganó el financiamiento del Fondo Wiñay en la categoría de emprendimientos familiares, recibiendo diez mil soles (S/. 10 000), que utilizarán en la adquisición de materiales y equipos necesarios para la implementación de su panadería. Sienten una gran satisfacción como emprendedores y que es una gran ayuda en su proyecto de vida.

«Ahora tenemos un terreno y casa propia en donde iniciamos el negocio de la panadería artesanal, comprometidos con la agricultura sostenible para brindar un producto de calidad a los consumidores.»

Ronal expresa lo siguiente “Este proyecto de vida es un sueño que compartimos hace dos años y hoy vemos con satisfacción que se empieza a hacer realidad gracias este apoyo recibido. Ahora vamos a seguir adelante, esto no termina aquí, esto es el inicio apenas. Nuestra calidad de vida ha mejorado, ahora tenemos un terreno y casa propia en donde iniciamos el negocio de la panadería artesanal, comprometidos con la agricultura sostenible para brindar un producto de calidad a los consumidores; poco a poco estamos cumpliendo nuestros sueños, mi familia y yo estamos muy felices, FORMAGRO ha cambiado nuestras vidas”, concluye entre risas el joven productor, intercambiando miradas con Olga.

Créditos: María Isabel Leyva Espino – Allpa Peru