Wilmer Flores Ninasque, promotor de la agroecología

 

A la entrada del distrito de Zúñiga, a 40 minutos en auto de Cañete, un cartel nos avisa que llegamos al vivero de la familia Flores.

En un valle donde se utiliza ampliamente los insecticidas para el manejo de los frutales, vid y otros cultivos de la zona, Wilmer, técnico en producción agropecuaria y egresado del Instituto de Educación Superior Tecnológica Pacarán, difunde la producción agroecológica.

“la gente llega a comprar, como a cualquier vivero, y yo les explico que hacemos la producción ecológica. Les entrego su biol preparado, listo para abonar el campo y la gente se va contenta…”

Algunos productores y productoras que se van incrédulos, luego investigan y se convencen. “Para la exportación ahora piden mucho lo que es orgánico y yo les digo en el futuro, a eso vamos a llegar, y hay que empezar a hacerlo”.

En 2017, Wilmer tuvo su primer acercamiento al proyecto Formagro siendo parte del módulo “Producción de abonos orgánicos y microorganismos eficaces” y en diciembre de 2018 ganó la primera edición del Fondo Wiñay invirtiendo el premio en la implementación y ampliación de su vivero.

La pandemia del Covid-19 representó para él la oportunidad de difundir su producción agroecológica. Al perder sus empleos en Lima, muchas personas regresaron a sus localidades y retomaron la agricultura. Este fenómeno incrementó las ventas de su vivero.

 “Empezaron a llevarse los cítricos, las plantas, el durazno. Lo que más sale es palta Fuerte y Hass; también naranja, lima y mandarina”.

Al menos 30 productores y productoras en la zona regresan frecuentemente al vivero. Wilmer los asesora en su campo y también les enseña a preparar su biol. Sabe que con esfuerzo logrará que más personas apuesten por esta forma de producción.

“Aquí no hay fertilizantes químicos ni insecticidas químicos, todo es natural, pero tú ves que si llevas esta planta a tu campo reacciona rápido, es una planta sana y cuidamos el medio ambiente y al ser humano.”