La propuesta de gestión ambiental de Formagro

por Comunicación Formagro
1 de junio del 2017 11:46 am

Productores de Ancash entrevistados como parte del análisis ambiental para identicar los impactos de las principales actividades de las zonas de intervención. Foto: Carlos Ly

María Valderrutén, especialista de Medio Ambiente del proyecto Formagro

El medio ambiente, junto a la igualdad de género, es un eje transversal de Formagro, lo que demanda que cada una de las actividades que se realicen sean ambientalmente sostenibles[1].

Para identificar los impactos de las principales actividades de las zonas de intervención, el equipo de Formagro realizó un análisis ambiental.

Esta labor se realizó a través de visitas de observación y conversaciones participativas grupales e individuales en las comunidades de Conchup y Tzactza en el distrito de Caraz, Challuá en el distrito de Yanama, Collota en el distrito de San Luis y Pachachaca, Yanagaga, Ampas y Huanchac en la provincia de Huari, en la región Ancash.

En Lima se visitaron los distritos de Lurín, Yauyos, Vitis, Catahuasi, Huayllanco, entrevistando autoridades, líderes y lideresas comunales, obteniendo información sobre los sistemas productivos de la región.

Andenería en Yauyos. Foto: Carlos Ly.

Principales hallazgos

En general, ambas regiones presentan las mismas problemáticas en cuanto a los temas ambientales:

  • Una preocupación general por el recurso del agua. Esta proviene de los Nevados y las lluvias, y en los últimos años su ciclo y disponibilidad ha cambiado, lo que genera trastornos en los cultivos y la crianza de animales.
  • El uso excesivo de agroquímicos, que se agrava por la falta de conocimientos precisos por parte de los y las agricultoras en cuanto a las cantidades de fertilizantes, plaguicidas y herbicidas (sintéticos) que deben utilizar, o las cantidades de vitaminas y vacunas que deben ser suministrados a los animales.
  • La limitada disponibilidad de semillas locales, que genera dependencia comercial e incrementa el riesgo de perder la riqueza genética local. Afecta la seguridad alimentaria y pone en riesgo la actividad productiva, salvo en el caso de algunos cereales andinos y tuberosas, cuyas semillas se seleccionan luego de la cosecha.
  • La ausencia de prácticas de disposición adecuada o reutilización de residuos sólidos ni líquidos en las chacras.
  • Respecto a la comercialización, existe diferencias al interior de las mismas regiones, entre las zonas cuyas actividades son de subsistencia y por lo tanto no hay un flujo importante de comercio, con aquellas que participan activamente en flujos comerciales.
  • En el aspecto de formación, la mayoría de instituciones formativas y CETPROS de ambas zonas de intervención, no cuentan con un currículo que contenga al Medio Ambiente como un tema transversal o actividades ambientales constantes que generen hábitos sostenibles.

Sin embargo, a pesar de la tendencia a utilizar productos químicos, aún se siguen realizando prácticas ancestrales que son sostenibles, como el majadeo, la rotación de cultivos, el uso de terrazas, el descanso de la tierra, entre otros.

La propuesta ambiental de Formagro

A partir de estas visitas y con la información complementaria y el apoyo de los equipos de ALLPA e IDMA, se elaboró el Plan de Gestión Ambiental de Formagro (PGA).

El PGA busca garantizar la sostenibilidad ambiental de las acciones que se realizan en el marco del proyecto dentro de los tres ejes de ejecución: Formación, Producción y Transformación/Comercialización.

Tanto en los módulos de formación, como en los sistemas de producción se promueve la agroecología y se busca sensibilizar a las productoras y los productores y otros actores y otras actrices del proyecto frente a la realidad del cambio climático, poniendo en valor sus prácticas y saberes ancestrales y promoviendo medidas que les ayuden a adaptarse ante los cambios en el clima, así como mitigar sus actividades contaminantes.

Igualmente, en la transformación/Comercialización se busca fomentar la producción limpia, teniendo en cuenta el Ciclo del Vida del Producto. Así mismo, se promueve la organización de productores y productoras para fomentar los Sistemas de Garantía Participativos (SGP)[2] y la creación de espacios locales agroecológicos de comercialización.

Vivero municipal de Yanama (Ancash) con 6,000 plantones de aliso y 20,000 de quenual para la implementación de sistemas agroforestales.

 Medidas de adaptación al cambio

El PGA promueve métodos de producción ambientalmente sostenibles, por ejemplo, la producción de pastos asociados -que permiten resistir mejor a las sequías, ya que se disminuye la erosión de los suelos- o la implantación de cultivos (preferiblemente nativos) más resistentes a las plagas. Así mismo, se rescatan las técnicas ancestrales no invasivas con el medio ambiente.

Se impulsa la mejora o creación de reservorios y microsistemas de riego eficientes, para garantizar la accesibilidad permanente al agua. Al respecto, se destaca la construcción de pequeños reservorios e instalación de microsistemas de riego en Huari y la mejora del sistema de la red de captación de agua para riego del IESTP de Matucana

De manera complementaria, se promueve la creación de reservorios de semillas, por su contribución al mantenimiento de la diversidad genética de los sembradíos. Así mismo, sirven como suministro de semillas en caso de malas cosechas o destrucción de los sembradíos por inundaciones, sequías, plagas o enfermedades.

Con relación a la comercialización, se plantea fortalecer el consumo de los productos locales y el fomento de las cadenas de abastecimiento que prioricen las mismas zonas de producción, a través de las ferias locales.

“El PGA busca garantizar la sostenibilidad ambiental de las acciones que se realizan en el marco del proyecto dentro de los tres ejes de ejecución, Formación, Producción y Transformación/Comercialización”

Medidas de mitigación de impactos

Se busca reducir el uso de agroquímicos promoviendo prácticas agrícolas amigables con el medio ambiente, la silvopastura y agroforestería, junto a la diversificación de la producción y la promoción de cultivos asociados,

Así mismo, a través de la promoción de ganado vacuno de mejor calidad, criado con técnicas sostenibles, se buscar reducir las emisiones de metano, principal gas de efecto invernadero.

Se busca reducir el uso de agroquímicos promoviendo prácticas agrícolas amigables con el medio ambiente. Foto: Carlos Ly

Otras medidas

En cuanto al trabajo realizado con las instituciones educativas, el PGA impulsa la puesta en práctica de las políticas de estado en materia ambiental. En particular del Plan Nacional de Educación Ambiental (PLANEA), promoviendo que las instituciones formativas y CETPROS de nuestro ámbito de intervención cuenten con sus planes ambientales, los integren a su currículo y desarrollen actividades que contribuyan a generar hábitos sostenibles en la población.

Complementariamente, se plantea promover la gestión por cuenca hidrográfica, involucrando a todos los usuarios y usuarias de una fuente en su gestión.


[1] Desarrollo sostenible es aquel capaz de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades. (ONU http://bit.ly/1uqFnzE)

[2] Un Sistema de Garantía Participativo (SGP) Es un procedimiento desarrollado a través de la relación directa entre la organización de productores/as agroecológicos, el consumidor y las instituciones públicas y privadas, que garantizan el origen y la condición de los productos orgánicos destinados a la comercialización y consumo en el mercado interno. (http://bit.ly/2phsrPj)