Las lideresas de FORMAGRO

por Comunicación Formagro
16 de abril del 2020 12:20 pm

Catherine Joubert – Consejera en Igualdad entre Mujeres y Hombres FORMAGRO

Natalia Gonzales Ortega, Yesica Asencios Calderon y Amelia Gonzales Ortega integran la Red de productoras de Ogshapampa. Foto: Carlos Ly.
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Durante la ejecución del proyecto FORMAGRO[1], hemos conocido jóvenes mujeres que llevaron los módulos de formación y lograron construir sus emprendimientos, alcanzando su independencia económica, empoderándose y mejorando sus condiciones de vida y las de sus familias.

En estas páginas, compartimos los logros de algunas de ellas, quienes, diariamente, rompen barreras y estereotipos para beneficio de las generaciones futuras.

EL APORTE DEL ACOMPAÑAMIENTO

Hasta setiembre de 2019, del total de 2459 personas que se inscribieron en los módulos de formación, agropecuarios y empresariales, brindados por el proyecto, 53 % son mujeres (1313). De ellas, 1221 (93 %) culminaron satisfactoriamente su módulo, capacitándose en lo que consideraron pertinente en función de sus cultivos, intereses, sueños y metas. Vanesa Cuellar Rivas (24 años), vive en el distrito de Callahuanca, provincia de Huarochiri en Lima. Entre 2017 y 2018 estudió los módulos Elaboración de pulpa, mermelada y néctar de frutas, Marketing y comercialización de productos agroalimentarios sostenibles y Producción de abonos y microorganismos eficaces, interesada en el enfoque ambiental de los cursos.

“Me animé en participar en el FORMAGRO, porque me gustó la sostenibilidad proporcionada con el eje ambiental del programa; es algo que no encontré en otros cursos. Yo quería emprender, pero no sabía cómo hacerlo, con FORMAGRO lo aprendí de manera más fácil y accesible para mí”.

Vanesa Cuellar

De esta experiencia, resalta la importancia del acompañamiento, una parte muy importante del proyecto que nos permite ver in situ cómo las y los participantes van aplicando, fortaleciendo y desarrollando los conocimientos que han adquirido.

“Con FORMAGRO se plantea una manera más vivencial de aprender, nos llevan a pasantías, a seminarios y también vemos cómo se aplica el conocimiento más allá de la teoría que nos enseñan los cursos, realmente vamos hasta la práctica. Además, como cada persona tiene una producción distinta, el apoyo puede ser más adaptado cada huerto”.

Vanesa Cuellar

Vanesa aplicó lo aprendido en su emprendimiento de venta de néctares, que desarrolló mientras estudiaba los módulos. También nos cuenta que su familia se ha unido para hacer la transición en el uso de productos químicos a unos más naturales, motivándose y apoyándose en el emprendimiento que han desarrollado. Su hermana se encarga de la producción, su madre de las ventas, también su padre y hasta sus primos colaboran al negocio familiar. Todas y todos unen sus esfuerzos para
producir sus ricos néctares.

Jóvenes, hombres y mujeres, egresados del módulo de extensión «Elaboración de pulpa, mermelada y néctar de frutas». Foto: Carlos Ly.


EL ACCESO A LOS ESPACIOS DE COMERCIALIZACIÓN

Las ferias agroecológicas, los puestos en el mercado y los eventos gastronómicos, son espacios comunales protagonizados por las
mujeres, cuya actitud es cada vez de mayor participación. FORMAGRO ha favorecido el acceso de las y los jóvenes a estos puntos de comercialización
para que vendan su producción. Para ello, ha fortalecido en las mujeres en particular tanto sus habilidades para la promoción de sus productos como para participar activamente dentro de sus asociaciones y asegurar su buen
funcionamiento.

A la fecha, en el transcurso del FORMAGRO, 2 más de 905 mujeres jóvenes (de 14 a 35 años)[2] han participado en estos espacios, beneficiando a más de 1039 familias.

En Áncash se consolidan redes de queseras. Cristina Calderón Huerta, de la localidad de Ogshapampa, provincia de Huari, nos comparte su historia y la de su hija.

“Empecé a hacer queso con las demás señoras, y avanzamos juntas. Siempre tuve el apoyo de mi hija para la producción de quesos, pues ella también se capacitó desde muy niña, junto conmigo, y ahora nos ayudamos en la producción. Gracias a los quesos tenemos un poco más de dinero para la casa. Hoy mi hija tiene su familia, tiene su propia producción y su economía independiente y conforma la Red de Productoras de Quesos de Ogshapampa. Ella ha participado en las ruedas de negocios y ferias en Huaraz y Lima”.

Cristina Calderón Huerta

Cristina y su hija Yesica Asencios Calderón (23 años), tienen dos modos de venta: A sus clientes que les compran en su domicilio y en las ferias, como la Feria de Huari, en la que participan como integrantes de la Red.

Erika Eugenio Ortega, Aniceta Ortega Calderon y Natalia Gonzales Ortega también integran la Red de productoras de Ogshapampa. Foto: Carlos Ly.

HACER DE SUS SUEÑOS UNA REALIDAD: LOGROS, SUEÑOS Y VISIÓN AL FUTURO

Estos testimonios y cifras nos permiten corroborar que, cuando se capacita a una mujer, se asegura un cierto nivel de autonomía financiera, que contribuye también a la sostenibilidad del desarrollo social y económico de sus familias y comunidades. Como lo registra la base de datos de FORMAGRO, 91 % están satisfechas con la formación recibida y, de ellas, 60 % consideran que han podido tener una mejor autonomía económica.

Esta cifra cobra relevancia considerando que, según información del INEI (2017), en 2015 el nivel de pobreza llegaba al 49 % en la sierra rural y a más de 30 % en la costa rural, donde se ubican Áncash y Lima, respectivamente.
Hemos sembrado muchas semillas para valorar la igualdad de género, uno de los ejes transversales del proyecto. Vemos que las relaciones dentro de las familias, entre parejas y en las comunidades, están cambiando de forma positiva. Las mujeres quieren participar más y, sobre todo, compartir sus
conocimientos y saberes cuando tienen el espacio y las medidas para hacerlo.

“Estoy convencida de la capacidad que tienen las mujeres para realizarse. Porque las mujeres han aprendido a desarrollar capacidades de producción y de comercialización, las cuales les permite tener una economía propia,
independiente y que saben que su aporte en el hogar es valorado y diferenciado.”

Nolway, facilitadora de FORMAGRO en Áncash

Ambos ejemplos nos permiten ver cómo con FORMAGRO las mujeres han adquirido conocimientos y los han aplicado en el contexto de sus emprendimientos. Además, el vínculo con sus familias se ha visto ortalecido
durante el proyecto. Las mujeres son actrices de cambios. Aunque falta mucho por hacer, en términos de igualdad de género, seguimos contribuyendo para mejorar la calidad de vida de muchas personas y, sobre todo, de muchas mujeres.

Emprendedoras participando en ferias de comercialización en Lima y Áncash. Fotos: Carlos Ly.

[1] El proyecto FORMAGRO se ejecuta en las regiones Lima y Áncash con el objetivo de generar un acceso a la formación, producción y emprendimiento para jóvenes del ámbito rural, con el propósito de valorizar la agricultura familiar en el Perú.

[2] El total de mujeres participantes fue de 1523.

BIBLIOGRAFÍA

INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA E INFORMÁTICA (2017) Evolución de la Pobreza Monetaria 2007-2016. En línea: https://www.inei.gob.pe/media/cifras_de_ pobreza/pobreza2016.pdf