Los Institutos y CETPRO: Aliados para un desarrollo agroecológico

por Comunicación Formagro
26 de octubre del 2020 6:53 pm
Jóvenes egresados de uno de los módulos de formación dictados en el instituto Pacarán.

Promover la agricultura familiar que realiza prácticas agroecológicas es un reto que asumió el proyecto FORMAGRO al inicio de su implementación. Alcanzarlo requiere no solo un trabajo articulado entre los múltiples niveles de gobierno, desde el central hasta el distrital, también involucra la participación activa, junto con las productoras y los productores organizados, de los demás actores del territorio.

En nuestro país hay 864 institutos de educación superior tecnológico (IEST) y 1947 centros de educación técnico productiva (CETPRO).[1] De ellos, 21 institutos y 44 CETPRO, en su mayoría púbicos, se ubican en pequeñas localidades diseminadas en las áreas rurales[2] con características geográficas, demográficas y sociales diferentes. A través de sus labores de formación, extensión e investigación pueden difundir técnicas y tecnologías ambientalmente sostenibles que contribuyan a mejorar la productividad de la agricultura familiar y, así, ayudarlas a abastecer los mercados locales.

La experiencia desarrollada por el proyecto FORMAGRO con 7 institutos de educación superior tecnológico (IEST) y 4 centros de educación técnico productiva (CETPRO) de Lima y Ancash nos demuestra el rol fundamental que pueden jugar en el desarrollo del territorio donde se ubican.

Cada una de estas instituciones a través de un diagnóstico participativo identificó las características productivas y las necesidades formativas de su localidad[3]. Los resultados permitieron desarrollar sus módulos de formación por competencias e iniciar la implementación básica de sus centros productivos para adaptarlos a las necesidades del territorio.

Los 2211 jóvenes (1228 mujeres y 983 hombres) que egresaron de los módulos desarrollados por el proyecto en alianza con estos institutos y CETPRO nos indican el reconocimiento a la metodología centrada en la persona participante que valora sus saberes y los enriquece con nuevas tecnologías que les permiten aprovechar de manera sostenible sus recursos.

El instituto de Pacarán apuesta por la agroecología

El instituto de Pacarán, en el distrito del mismo nombre de la provincia de Cañete, región Lima, se ubica en una zona productora de frutales (palta y manzana), maíz morado y uva cercana al centro turístico de Lunahuaná, cuyas familias acostumbraban a realizar un uso intensivo de insumos químicos en su proceso productivo.

Área para la producción de abonos orgánicos del IESTP Pacarán.

La comunidad educativa decidió promover el uso de técnicas agroecológicas para mejorar la disponibilidad de nutrientes para las plantas y, junto al equipo técnico de FORMAGRO, desarrollaron los cursos de extensión “Producción de abonos orgánicos y microorganismos eficientes en la agricultura familiar” y “Manejo agroecológico de plagas y enfermedades”.

Ello llevó a ampliar su área para la producción de abonos orgánicos, que únicamente producía humus, instalando camas para la preparación de bocashi y compost y una caseta para la elaboración de microorganismos eficientes; complementados con la instalación de un biodigestor de flujo continuo de 8000 l. También, se mejoró la infraestructura de su laboratorio de insectos benéficos e implementó con algunos equipos.

Los cursos de extensión[4], su metodología “aprender haciendo” y las nuevas infraestructuras para la práctica contribuyeron a incrementar el número de estudiantes del instituto[5] y difundieron las prácticas agroecológicas en el distrito y en los distritos aledaños de Yauyos y Cañete. Ello les permitió gestionar con las autoridades distritales de Pacarán, Nuevo Imperial y Lunahuaná convenios para promover el desarrollo de capacidades de su población joven. Asimismo, continúan produciendo abonos orgánicos y criando insectos benéficos que son adquiridos por la población y empleados en sus cultivos.

Yanama al rescate de sus papas nativas

El distrito de Yanama, provincia de Yungay, región Ancash, se localiza a 3373 msnm en la zona de Conchucos, lado oriental de la cordillera blanca. Su población produce tubérculos andinos como la papa nativa, oca y mashua; granos, como el maíz y choclo, y frutales destinados principalmente a la alimentación familiar y al abastecimiento de los mercados del Callejón de Huaylas y Lima. En esta localidad se ubica el Instituto de Educación Superior Tecnológica Antonio Raimondi, que brinda las carreras de formación agropecuaria y enfermería técnica a la juventud de Yanama y los distritos aledaños.

El ISTAR Antonio Raimondi en Yanama, Yungay, es un ejemplo de institución empoderada y fortalecida que se convierte en modelo para la formación y el desarrollo de su territorio.

La presencia del proyecto FORMAGRO permitió fortalecer en la comunidad educativa el enfoque de formación por competencias, bajo la metodología “Aprender haciendo”, y se dictaron los cursos de extensión Manejo de sistemas sostenible de alimentación ganadera, Producción de queso tipo andino, Producción sostenible de cuyes y Gestión de negocios rurales, que contaron con la participación de un total de 269 personas.

Esta experiencia los impulsó a salir al campo y brindar asistencia técnica a la comunidad, identificando la necesidad de conservar la papa nativa. Es así que, en convenio con la comunidad de Yanama, la Dirección Regional de Agricultura y con el apoyo de ALLPA, ejecutor del proyecto FORMAGRO, sembraron en noviembre de 2018 unas 900 variedades de papas nativas, 870 de ellas proporcionadas por la Dirección Regional de Agricultura y unas 30 variedades de la zona. Este trabajo contó con la participación entusiasta de las y los estudiantes, la comunidad y el acompañamiento técnico del instituto.

“El año pasado (2019) las cosechamos, hemos devuelto a la Dirección Regional Agraria las semillas que nos entregaron, no todas, porque no todas se han adaptado, pero la gran mayoría sí trajeron resultados. Nosotros continuamos trabajando con nuestros alumnos y ex alumnos interesados en mantener las variedades que quedan de ese cultivo”, señaló su director Albino Andagua.

Este trabajo contribuyó a valorar la producción local. “Para nosotros ha sido una experiencia muy interesante y ha hecho que algunos alumnos hayan visto con optimismo de producir estas papas nativas no solo con fines de seguridad alimentaria sino para buscar mercado más adelante con estas variedades”, concluyó Albino.

Son dos ejemplos de instituciones que empoderadas y fortalecidas se convierten en modelos para la formación y el desarrollo de su territorio.

Es fundamental integrar a la comunidad en las actividades que se realizan.

[1] Fuente: Padrón de Instituciones Educativas y Programas que gestiona la Unidad de Estadística del Ministerio de Educación http://escale.minedu.gob.pe/padron-de-iiee

[2] El instituto Nacional de Estadística e Informática define como área rural a aquella que tiene menos de 500 habitantes. Esta definición es recogida por el Ministerio de Educación.

[3] Estos diagnósticos se realizaron entre los años 2016 y 2018

[4] Otros cursos dictados con el instituto son: Producción sostenible de cuyes para la agricultura familiar, Producción sostenible de manjar y yogurt griego, Elaboración de pulpa, mermelada y néctar de frutas, Certificación de la producción ecológica en la agricultura familiar, Marketing y comercialización de productos agroalimentarios sostenibles y Emprendiendo negocios agropecuarios sostenibles.

[5] Un total de 496 personas se inscribieron en los cursos de extensión dictados por el instituto Pacarán. De ellas, 146 se inscribieron en el curso “Producción de abonos orgánicos y microorganismos eficientes en la agricultura familiar” y 131 en el curso “Manejo agroecológico de plagas y enfermedades”.