La asociación Allpa fue fundada en el 2010, por un grupo de profesionales de Ancash interesados en aplicar sus conocimientos para favorecer el desarrollo de la región, con la convicción de que las intervenciones serán exitosas si logran involucrar a la base social de la población a través del diálogo y participación de toda la comunidad.
Luego de casi 5años de ejecución del proyecto FORMAGRO, en los últimos meses, el equipo enfrenta un nuevo escenario, producto de la pandemia del Covid-19. En estas líneas compartimos las experiencias de tres de sus integrantes.
La vida es cooperativa
Roger Natividad Rodríguez estudió agronomía en la Universidad Nacional Santiago Antúnez de Mayolo de Huaraz. Sus prácticas profesionales lo llevaron en enero de 2017 a la oficina de Allpa en Caraz para brindar acompañamiento técnico a las familias productoras de kiwicha agroecológica de la comunidad de Santa Cruz, tomando contacto con una propuesta agroecológica y horizontal de trabajo.
“Cuando terminé la universidad, nunca pensé ejecutar en un proyecto todo lo relacionado a la agroecología y, sobre todo, en las zonas más vulnerables, donde no hay tecnología y predomina el machismo”.
Terminado un primer contrato, volcó lo aprendido en su cooperativa familiar que produce, transforma y comercializa productos a base de kiwicha agroecológica. En agosto de 2018 postuló al puesto de facilitador técnico en Allpa y luego, en marzo de 2020, pasó a ser facilitador comercial, participando activamente en la organización de las ferias locales.
“Yo quería compartir la experiencia de mi cooperativa en las zonas de intervención… y empezamos a través de las capacitaciones a promover que se organicen y formen su cooperativa”.
Roger tiene claro su objetivo luego de concluir el proyecto.
“Busco ser un referente, seguir compartiendo la información en las zonas de intervención, para poder generar un desarrollo sostenible… En mi cooperativa, pienso hacer sinergia con la cooperativa de Tzactza (COA Andina Ltda) , para que ellos puedan producir [Kiwicha] y nosotros transformar y comercializar para generar un desarrollo sostenible entre ambas partes”.
Lo mejor de nosotros
Leyla Gonzáles Peña es ingeniera de industrias alimentarias, egresada de la Universidad de Cajamarca, donde empezó su recorrido laboral en la producción de lácteos. En junio de 2016 ingresó al proyecto FORMAGRO como facilitadora en la cadena de lácteos en Huari. Hasta diciembre de 2017 desarrolló capacitaciones en la producción de quesos, participó en el desarrollo del módulo “Producción de queso tipo andino” y se involucró activamente en todas las actividades del proyecto.
“Toda la información que recibía me sensibilizó bastante. Era la primera vez que estaba en este tipo de proceso. Antes había tenido capacitaciones puntuales, pero el trabajo que empezamos a realizar con el FORMAGRO fue más inclusivo, generó más sensibilización, confianza, era más completo”.
En junio de 2018 retornó como facilitadora comercial, para impulsar los espacios de venta y acompañar en el proceso de formalización y desarrollo de marca de los emprendimientos.
“Aprendí sobre el manejo de las organizaciones, cómo articular a las productoras y productores en el tema comercial. El mayor reto fue la inauguración de la Feria Agroecológica Huaylina, en mayo de 2019, porque se realizó un trabajo integral con las organizaciones que participaron, se vio el empoderamiento femenino y la participación del gobierno local”.
La pandemia del Covid -19 interrumpió este proceso, pero no paralizó sus esfuerzos.
“La pandemia paralizó las implementaciones de los emprendimientos familiares. Luego, empezamos con los monitoreos por teléfono y también empezaron a salir las ferias itinerantes, en coordinación con Agrorural y el gobierno local. La pandemia nos dio un empuje más para continuar… creo que ninguna enfermedad nos iba a limitar. Ha sacado lo mejor de nosotros”.
Aprender haciendo
Julia Blas Melgarejo es técnica en contabilidad, natural de Huari, su familia es agricultora. Desde octubre de 2017 trabaja como asistente administrativa contable en la oficina de Huari de Allpa. El contacto con el equipo técnico del proyecto despertó su interés por aplicar los temas que veía en su parcela familiar.
“Aprendí no solo de mi carrera, sino también a aprovechar los conocimientos del proyecto. Cuando recibía los documentos de los módulos, como mi familia se dedica a la agricultura, yo le decía a mi esposo –¿por qué no participas en el módulo? Él participó en el módulo de negocios y logró aprender muchas cosas en el día a día.”
Empezaron con la crianza de abejas y les consultaban a los técnicos del equipo cómo realizar el manejo. Actualmente tienen 7 cajas de abeja y sacan, entre junio y setiembre, de 12 a 14 litros de miel por caja. Los fines de semana se dedican a la producción de miel, también siembran hortalizas, papas y crían vacas criollas.
“Cuando veía el módulo de hortalizas, le decía a mi familia -Hay que sembrar de esta manera-, yo les preguntaba a los técnicos en la oficina y me enseñaban… En nuestro campo sembrábamos zanahoria, repollo, lechuga y ahora también alfalfa, así que tenemos para alimentar a nuestras vacas y cuyes”
Es así que Julia se convierte también en promotora del cambio en su localidad. Estos conocimientos le dan otra perspectiva a futuro.
“Queremos llegar a 15 colmenas y tener con eso un negocio permanente para sostener a nuestra familia.”
